Pensiones IMSS: Un Desafío para el Futuro Financiero de México
México, un país en vías de desarrollo con una población de aproximadamente 112 millones de habitantes, se caracteriza por una aglomeración de clases sociales muy heterogénea, enfrentando uno de los índices de pobreza y desigualdad más altos del mundo. En este contexto, es fundamental asegurar la universalidad en la protección en seguridad social, permitiendo a todos los ciudadanos acceder a la atención médica necesaria y gozar de una pensión digna durante su jubilación. Estos desafíos son de suma importancia para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que debe prever y cubrir estas necesidades en el corto y mediano plazo.
Desde su nacimiento en 1942, el IMSS ha sido el encargado de brindar seguridad social a los trabajadores en México. Entre los diferentes rubros de atención, las pensiones han sido una parte crítica para garantizar el bienestar de los trabajadores al finalizar su vida laboral. Sin embargo, este rubro ha enfrentado diversos problemas a lo largo del tiempo, principalmente de índole económica, política y social, que han afectado su sostenibilidad y efectividad. Algunos de estos desafíos incluyen:
- Privatización del sistema de pensiones en 1997, que generó un cambio significativo en la administración de los fondos destinados a las pensiones, impactando en la forma en que los trabajadores planifican su retiro.
- Explosión demográfica, que ha llevado a un incremento en la cantidad de personas que requieren una pensión, poniendo a prueba los recursos destinados para su pago.
- Crisis económicas, que han impactado negativamente en la salud financiera del sistema de pensiones, afectando la capacidad de otorgar pensiones justas y adecuadas.
- Aumento de la población de edad avanzada, lo que implica un reto adicional para asegurar una pensión adecuada para un número creciente de jubilados.
La evolución del sistema de pensiones del IMSS ha sido un proceso en constante cambio. Inicialmente, en 1943, se implementó el Sistema de Reparto o Beneficio Definido, donde las aportaciones de los trabajadores activos financiaban el pago de pensiones de los jubilados. Sin embargo, con el paso del tiempo, este sistema se mostró insuficiente para cubrir la creciente demanda de pensiones y las limitaciones económicas.
En 1973, el IMSS llevó a cabo una reestructuración en el sistema de pensiones, implementando un cálculo de pensión basado en el salario promedio de los últimos 5 años y el número de semanas cotizadas en las que el trabajador había realizado sus aportaciones. Esta modificación buscaba dar una mayor certeza y equidad en el otorgamiento de pensiones a los trabajadores.
En 1992, nació el Sistema de Ahorro para el Retiro, conocido como SAR, que introdujo las pensiones basadas en la Contribución Definida. Este sistema complementó la forma en que se establecían las pensiones, permitiendo que las aportaciones realizadas al IMSS, equivalentes al 2% del Salario Base de Cotización, se acumularan en una cuenta bancaria de ahorro para el trabajador. Estas aportaciones eran administradas por Instituciones Bancarias autorizadas, llamadas ICEFA, y respaldadas por el Gobierno Federal con un rendimiento real del 2% anual.
A partir del 1º de julio de 1997, se implementó la reforma estructural de la Ley del Seguro Social, transformando el Sistema de Pensiones en México de uno de beneficio definido a uno de contribución definida. Esta transición buscaba asegurar la sustentabilidad del sistema en el mediano y largo plazo. Como parte de esta transformación, surgieron las AFORES y las SIEFORE, que juegan un papel clave en la administración de los recursos destinados para la pensión y en la diversificación de los fondos en función del riesgo y rendimiento en las subcuentas de los trabajadores, de acuerdo a su edad.
Es importante mencionar que la Ley del Seguro Social vigente prevé que los asegurados que se integraron a una relación laboral antes del 1° de julio de 1997 podrán optar por acogerse a los beneficios que les otorga la Ley del Seguro Social de 1973. Esta disposición busca proteger los derechos adquiridos de los trabajadores y asegurar la continuidad de los beneficios que se les otorgaban antes de la implementación de la reforma.
La evolución del sistema de pensiones en México ha sido un proceso complejo y continuo, en el que se han buscado soluciones para asegurar la protección social de los trabajadores durante su etapa de retiro. Sin embargo, aún existen desafíos por enfrentar, y es importante que se continúen evaluando y adaptando las políticas y estrategias para garantizar un futuro financiero seguro y digno para todos los ciudadanos. Es responsabilidad de las autoridades y la sociedad en su conjunto trabajar en conjunto para lograr un sistema de pensiones sólido y equitativo, que permita a los trabajadores acceder a una pensión digna y asegurar su bienestar en la etapa de retiro.